Sobre el Duque de Lerma, la especulación, la corrupción y la Capitalidad de Madrid.

Tal día como hoy 4 de marzo, pero en 1606, la Corte del Rey Felipe III regresa a Madrid después de haber estado 5 años en Valladolid, y ya no se moverá.

Plaza Mayor de Madrid.

La maravillosa Plaza Mayor de Madrid.

No es baladí el hecho de que fuera el valido del Rey, el Duque de Lerma, el inspirador de todo. D. Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, el Primer Duque de Lerma era, en realidad, el gobernante y la figura de total confianza de Felipe III. Para que os hagáis una idea si habéis visto el Capitán Alatriste, era lo que el Conde Duque de Olivares para Felipe IV.

Pongamos antecedentes: estamos en 1601, cuando unos 6 meses antes de trasladar la corte desde Madrid a Valladolid, el Duque de Lerma se preocupó de comprar tierras y más tierras cercanas a Valladolid. Cuando lo tuvo todo bien atado, «sugirió» al Rey lo positivo del traslado a tierras vallisoletanas. Una vez allí, el Duque estimó oportuno que la Corona comprara, a mayor precio claro, las tierras que el propio Duque había hecho suyas a un precio menor antes de que se supiera que la Corona realizaría el traslado. Y se compraron.

En este tiempo hasta 1606, el Duque de Lerma compró cierto patrimonio en Madrid, tierras y algún que otro palacio. Llegado el momento, el Duque de Lerma volvió a convencer al Monarca que haber ido a Valladolid no había sido un acierto y que sería mejor regresar a Madrid, hecho que sucedió hoy hace 409 años. Un año más tarde, la Corona adquirió a mayor precio, tierras y algún que otro palacio (uno de ellos llegó a ser residencia real) que, curiosamente, eran de reciente propiedad del Valido.

Duque de Lerma, retrado de Rubens

Retrato ecuestre del Duque de Lerma. Autor: Rubens.

El de Lerma acumuló tal poder hasta 1618 que llegó incluso a disponer y manejar el sello real, tomaba todas las decisiones y, de facto, actuaba como el rey, el tercero de los Austrias que vivía feliz y ajeno a todo. Pero empezó a tener enemigos, entre ellos otros consejeros reales cada vez más apartados y sobre todo la Reina, que no gustaba del manejo de su marido cual marioneta. Tras algunas investigaciones se destapó todas las actuaciones y la mano derecha del Duque, Rodrigo Calderón, fue ejecutado en la Plaza Mayor de Madrid. Para evitar el mismo camino, el Duque solicitó al Papado y le fue concedido el título de Cardenal, hecho que le salvó la vida ya que le dio inmunidad y le permitió morir, retirado de la vida pública, en 1625.

Tráfico de influencias, especulación y corrupción en el S.XVII.
¿Qué antiguo suena, verdad?

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